Merced & historia

1880
Curia General en Roma
Restauración

Las sedes de los maestros generales de la Orden de la Merced, a lo largo de la historia, han sido tres: Barcelona (1218-1574); Madrid (1574-1834); y Roma, primero como sede de los vicarios generales (1834-1879) y luego como Curia general desde 1880 hasta nuestros días.

 

El cambio de Barcelona a Madrid de la Curia general se llevó a cabo con la reforma de la Orden (1574) tras el concilio de Trento. Por distintos motivos, pero sobre todo para superar la concordia — que escondía una separación de facto de la Orden en dos bloques independientes (Aragón y Castilla) — y por el afán de tutela de Felipe II sobre las órdenes religiosas en sus dominios, se trasladó la Curia general de la Merced a la Corte de la monarquía católica, de cuyas fronteras la Merced apenas había salido.

 

Con la deconstrucción de la monarquía católica con su desmembramiento y crisis interna en su cabeza peninsular, junto con el advenimiento del imperante liberalismo creador de estados-nación, que trajo a la par las leyes de supresiones y desamortizaciones de los religiosos, hizo que Madrid dejara de tener sentido y posibilidad de seguir como sede de la Curia general de la Orden de la Merced. Los vicarios generales buscaran el amparo pontificio de Roma, en la antigua sede del Procurador, como la sede de la cabeza del gobierno de la Orden. Así en 1834, en primer lugar, el Procurador y poco después el Prior de Barcelona asumieron, con la ratificación de la Santa Sede, el gobierno de excepción con sede en Roma.

 

La restauración de la Orden comenzada en 1880 con la elección, por votación postal, del nuevo maestro general, Pedro Armengol Valenzuela, inaugura una época nueva en un mundo que, en pocos años, había cambiado mucho. La Curia general quedó ya instalada en Roma, junto a la Curia de la Iglesia universal en una adaptación a los nuevos tiempos y a la nueva realidad de la Orden.