Merced & historia

1493
América, la Merced en salida

La Orden de la Merced fue una de las cuatro órdenes religiosas que reciben el permiso y encargo real de ir al Nuevo Mundo a la tarea de evangelización. En las primeras expediciones (1493), tras el regreso de Colón, ya van algunos mercedarios a América. En un primer momento, los mercedarios fueron como capellanes de distintos expedicionarios abriendo camino, y pronto, ya en el siglo XVI, se comienza, a la vez, una marcha más institucional y programática en la que se empiezan a fundar los primeros conventos americanos.

 

La Merced hizo una relectura, según las nuevas circunstancias, de su misión y carisma tradicional. La fe cristiana era sinónima de dignidad y plenitud humana, porque abría — según la mentalidad de una sociedad sacralizada y católica — al ser humano a la verdadera realización moral y a la salvación eterna. La función de rescatar cautivos encontraba en la fe su fuerza, en el contexto del mundo de frontera mediterráneo, en el que los mercedarios «estaban dispuestos a quedar en rehenes por los cautivos en peligro de perder su fe (de apostatar)».

 

Con el advenimiento del Nuevo Mundo, la Merced relee su misión y da un salto ampliando sus fronteras del campo de su misión. De la ‘defensa de la fe’ amenazada de los pobres cautivos, puestos en el precipicio de la desesperación, donde renegar era una opción para una mejor supervivencia, se dio el salto a la ‘extensión de la fe’, es decir, de la redención de Cristo a través de la evangelización de los nuevos pueblos. Este ideal se convirtió en una motivación axial para la Merced en el siglo XV y en la razón por la que los mercedarios se embarcaron, desde 1493, en la aventura de ir allende los mares a extender el Reino, la fe, en definitiva, la redención de Cristo.

 

Esta opción histórica configuró el rostro de la Merced, pues de los veinticuatro países en los que está presente hoy, diecisiete de ellos son americanos.