Merced & historia

El Procurador de la Orden

El ‘Procurador’ es la persona que en virtud del poder o facultad de otra ejecuta en su nombre algo. La Orden de la Merced, como todas las órdenes antiguas, ha tenido siempre ante la Santa Sede su Procurador general.

 

Dicho Procurador representa los intereses de la Orden ante la Santa Sede, defiende sus fueros y privilegios en la Curia romana, y su voto y fallo es casi siempre decisivo en las apelaciones y recursos de los religiosos al Romano Pontífice y a las congregaciones romanas.

 

La Orden de la Merced tuvo su Procurador en Roma ya desde el siglo XV, según unas vagas fuentes. Conocemos, no obstante, con más detalle la sede del Procurador a partir de 1569, año en el que se le concede la iglesia de santa Rufina del Trastévere. Poco duró esta sede, pues en 1589 el papa Sixto V concede a la Orden la casa e iglesia de san Adrián en el foro romano (actual Curia en el foro) en donde tuvo morada el Procurador hasta la desaparición de este convento con la recuperación arqueológica mussoliniana del foro en el primer tercio del siglo XX.

 

Durante siglos las dos grandes elecciones de los capítulos generales fueron la del Maestro general y la del Procurador de la Orden, como las dos autoridades generales últimas.