Merced & historia

Pedro Armengol Valenzuela, O. de M.
Restaurador

(1843-1922)

Laureano Valenzuela, nacido en Coipué, provincia de Talca, Chile, el 5 de julio de 1843, y fallecido en Santiago, Chile, el 10 de julio de 1922. Es el gran impulsor, como maestro general (1880-1911), de la restauración de la Orden de la Merced tras las supresiones liberales del siglo XIX. Le tocó en suerte la no fácil tarea de restaurar la Orden, casi desaparecida, en Europa, así como reformar las debilitadas provincias americanas tras este crítico periodo.

 

Su generalato, de treinta y un años, está marcado por su labor de reconstrucción de la Orden. Con una gran capacidad dinámica supo aprovechar los recursos (de personal y materiales) superando las barreras tradicionales de los marcados sentimientos ‘provincialísticos’. Su autoridad moral, refrendada por la Santa Sede, le permitió un modo de gobierno directo y muy eficaz. Los tres pilares de su obra fueron: la creación de estructuras (adquisición de conventos), el desvelo en potenciar la formación de los nuevos religiosos y la vigilancia y tutela en favor de la disciplina religiosa. 

 

Ingresó en la Orden, con dieciocho años, en el convento de Santiago de Chile. Recibió una buena formación humanística, dadas sus destacadas capacidades. Fue ordenado sacerdote en 1869. Al año siguiente fue enviado a Roma a profundizar en sus estudios por un bienio. Allí conoció y convivió, en el convento mercedario de san Adrián de Roma, con Antonio María Claret. A su regreso a Chile aprovechó para visitar varios países europeos y los Estados Unidos de América.

 

Con 28 años (1871) es enviado a acompañar, como secretario, al visitador apostólico a la provincia de la Merced de Quito (Ecuador). Tras ésta, y después de ir a Roma, regresa como vicario provincial de Ecuador (1876-1877) hasta tener que marchar por problemas con el régimen del presidente Veintemilla.

 

Regresado a Chile desempeña el cargo de comendador de Valparaiso. En estos años recibe el título de presentado (1878) y de maestro (1879) en teología.

 

El 30 de enero de 1880, tras cuarenta y cinco años sin haber podido convocarse capítulo general, ni haberse podido llevar a cabo la elección de un general de la Orden, es elegido, por votación postal, como maestro general de la Merced. En este cargo permanecerá, por mandato de la Santa Sede, por treinta y un años.

 

El 30 de junio de 1910 es elegido obispo de San Carlos de Ancud (Chile). Queda, no obstante en Roma, hasta que se elige y llega el nuevo maestro general, en 1911. Toma posesión de la diócesis el 23 de enero de 1912 con sesenta y ocho años de edad. Su edad venerable no le permitirá estar mucho tiempo como obispo y presenta, tras años de duro trabajo apostólico, su renuncia en 1916, siendo ésta aceptada en 1917. Desde esta fecha hasta su deceso, estará retirado en el convento de Santiago (Chile).