Merced & historia

Gaspar de Torres, O. de M.
Catedrático y reformador

(1510-1584)

Nacido en los parajes cazorleños, en Torres (Jaén) c. 1510 y muerto en Sevilla, 5. I. 1584, ha pasado a la historia por su espíritu reformador dentro de la Orden de la Merced en el contexto del ambiente tridentino en la Castilla del siglo XVI.

 

Podemos articular su vida con tres ejes: profesor en la universidad de Salamanca; provincial de la Merced de Castilla; y obispo auxiliar de Sevilla.

 

Comenzó su labor docente en Salamanca en 1541 hasta que se jubiló y marchó a Sevilla como obispo auxiliar en 1570. Participó activamente en el gobierno de la universidad salmantina en la que ejerció los cargos de diputado, maestreescuela y vicecanciller, así como trabajó en la redacción de los nuevos estatutos del Studium Salmanticensis.  Incorporó el convento de la Merced de Salamanca — Colegio de la Veracruz — a la universidad en 1549. Así como consiguió para este colegio universitario mercedario ingresos de los conventos mercedarios de América para potenciar los estudios en la orden.

 

Durante seis años ostentó el cargo de provincial de Castilla (1559-1565). Imbuido por el espíritu de reforma que ya se vivía en Castilla desde la época cisneriana, en el que había sido formado en Salamanca, quiso reformar la orden aplicando la normativa tridentina en su provincia. De hecho, llegó a redactar unas nuevas constituciones (1565) que, aunque no llegaron a promulgarse, se convirtieron en la falsilla de las constituciones reformadas para toda la Orden que redactó su discípulo Francisco Zumel y que fueron promulgadas en 1588. Dividió (1561) la provincia de Castilla para su mejor gobierno con la creación de cuatro provincias americanas: Lima, Cuzco, Chile y Guatemala. Fundó, en 1563, el primer convento mercedario de Madrid que, con la culminación de la reforma, pasó a ser la Curia general de la Orden.

 

Su prestigio como profesor jubilado de Salamanca y celoso reformador, así como su amistad con el arzobispo Zúñiga, le valió para ser elegido obispo auxiliar de éste en la archidiócesis de Sevilla, en la que tuvo la ocasión de conocer y tratar a la madre Teresa de Jesús. Su cuerpo descansó en el convento de las mercedarias de la Asunción de Sevilla, en el que hoy se conserva su lápida.